“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles” (Bertlolt Brecht)
En el transcurso de la vida donde las pasiones despiertan al ser humano encontraremos al abogado arraigado a sus códigos llenos de artículos y sus libros llenos de doctrina que dibuja el caminar que en ese mismo instante pretende defender.
Ese amor innato a la lectura que le invita a recrear las imágenes de su actuar dentro del campo de batalla que en los estrados debe entregar, permite al abogado soñar hasta donde puede llegar.
No cabe duda que el abogado es un profesional que no solo tiene que lidiar con los avatares de su contienda legal; sino que además, se convierte en psicólogo, cura, médico y hasta contador de un cliente que la perfección ha de encontrar en la esfera del profesional del derecho.
Como no he de resaltar las virtudes de este mago, a quien todos quieren ovacionar y que muchos pretenden imitar, pues con su sola inteligencia y sencillez soluciona lo que nadie puede resolver.
Detrás de la profesión del Abogado, está un(a) hij@, un padre, una madre, un espos@, un herman@, pero sobre todo un ser humano extraordinario que día a día lucha por separar sus propios problemas de los que ha sido contratado, como no sentir orgullo, ser parte de estos héroes legendarios que en vez de capa usamos el intelecto, la imaginación y un buen alegato.
[1] Doctor en Jurisprudencia y Abogado de los Tribunales de Justicia, Especialista en Derecho Procesal Penal, Diplomado en Derecho Económico, Especialista en Derecho Penal, Magíster en Derecho Penal Internacional, Candidato a Magíster en Derecho Penal por la Universidad Andina Simón Bolívar; y, Candidato a Magíster en Litigación Oral Penal por la California Western School Law.
Esta oda va por ti, mi querido Abogado, que llevas en el imaginario el problema de cada uno de los representados y muchas veces das solución simplemente con una conclusión de tus arduas batallas entre la lógica, la fuerza y la razón.
Bertlolt Brecht posiblemente describió al Abogado en su máxima expresión, aquel que no se cansa de estudiar, que no se cansa de aprender, que no se cansa de leer, que no se cansa de ayudar, que no se cansa de pensar, pero sobre todo el que no se cansa de luchar por lo que considera es justo reclamar.
Un justo homenaje se debe rendir al profesional del derecho, quien en su día clásico, se lo respeta
Derecho es mi vocación, Abogado es mi profesión, la defensa es mi pasión!